Acoso: cuando el afecto se convierte en un delito

Seguro que ha oído hablar del término "acoso". Pero ¿cuándo deja de ser afecto y empieza a ser hostigamiento? El comportamiento de una persona que acosa (el acosador) puede caracterizarse como "perseguir", "acechar", "molestar" y "amenazar". La seguridad y la esfera privada del afectado se ven considerablemente perjudicadas. "Acoso" suele referirse a una toma de contacto reiterativa a través de diversos canales de comunicación (SMS, teléfono, cartas), con intentos repetidos de tomar contacto personal con el entorno de la persona afectada (lugares de ocio, domicilio o lugar de trabajo) o en una persecución a la víctima.

Posibles consecuencias para la víctima de acoso

Un acosador puede provocar problemas para dormir (pesadillas), provocar angustia, miedo y ataques de pánico. A menudo suele dar lugar a que la víctima reduzca sus contactos personales y su esfera de movimientos. Dicho brevemente, significa que pierde mucho en cuanto a alegría y calidad de vida.
Los casos graves de acoso pueden terminar en violencia física o daños materiales. En el peor de los casos, los acosados llegan a tener ideas suicidas y a pensar que la única oportunidad de librarse del acosador es cambiarse de ciudad y trabajo.

A menudo, las víctimas de acosadores son las exparejas. Pero también meros conocidos e incluso personas completamente desconocidas pueden llegar a convertirse en acosadores. En la conciencia del público general, el término "acoso" ha llegado a conocerse gracias a víctimas famosas. La actriz Nicole Kidman o el cantante Robbie Willians fueron acosados por fans de tal forma que terminó repercutiendo seriamente en sus vidas.

Desde el 31 de marzo de 2007, el acoso es considerado como delito según el Art. 238 del Código penal alemán y puede estar castigado con hasta diez años de cárcel.
Si desea más información sobre este tema, consulte las páginas de Internet de la organización de ayuda a las víctimas "WEISSER RING".
Fuente: www.weisser-ring.de

Las posibles consecuencias para las víctimas de acoso © www.weisser-ring.de

Consejos para evitar el acoso

Señalice su falta de interés

Dígale de una vez y claramente a esa persona que no tiene interés y que no desea seguir manteniendo contacto con ella. Después, ignórela. Cualquier reacción suya aunque sea rechazo, reforzará el comportamiento hostigador de la persona acosadora.

Evite el acoso telefónico

Instale un contestador automático. Así podrá saber quién le llama antes de descolgar el teléfono. Si llama el acosador, ignórelo. Importante: Pídale a alguien que grabe con su voz el mensaje del contestador y no dé su nombre. También puede pedirle a su compañía telefónica que le dé un número oculto y active la intercepción de llamadas anónimas.

No acepte correo inesperado

Devuelva los paquetes que no haya pedido al remitente.

Informe a su familia, amigos y compañeros

Cuénteles que es víctima de un acoso y pídales ayuda. Tampoco se lo oculte a los colegas de trabajo, porque así podrá pedir ayuda en caso de que el acosador se presente en su trabajo.

Lleve una agenda

Documente en ella cada intento de contacto del acosador. Es decir, todas las llamadas, cartas, SMS, visitas, regalos, etc. Son pruebas en caso de proceso judicial.

Acuda a la policía

No tenga reparos en pedir ayuda a la policía. Si el acosador le sigue por la calle, diríjase a la comisaría más cercana. Así puede intervenir la policía directamente.

Más información sobre la protección presencial

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