
Los estafadores y rateros no solo vienen cuando usted está fuera de casa. Por eso, mate dos pájaros de un tiro y apueste por una técnica de protección ampliable. Ya que además de la protección contra robos estos productos le ofrecen otra ventaja decisiva: sirven como protección cuando hay gente en casa. Así, le defienden contra intentos de robo dentro de su propio hogar, además de ante engaños u ofertas sospechosas cuando abre la puerta.
Algunas soluciones son, por ejemplo, las barras acorazadas o los cerrojos de puertas, que pueden equiparse con un tope de bloqueo y solo permiten la apertura de una rendija de la puerta. Esto es ideal también para recibir pequeños objetos a través de ella o entablar conversación con un desconocido.
Un clásico en el sector de la protección presencial es la mirilla: su objetivo es obtener una visión del área que rodea la puerta sin ser usted visible. Aquí es importante procurar que el modelo elegido tenga un amplio ángulo de visibilidad (al menos 200 grados), de manera que el ladrón no pueda esconderse fuera del ángulo de visión.
También ayuda un sistema de interfono, que combinado con uno de vídeo resulta ideal, porque ayuda a identificar a visitantes no deseados y prepara contra engaños y protege contra un posible caso de robo.